La presidenta de la principal asociación de afectados recuerda que, "en democracia, la verdad sólo se consigue a través de las sentencias"
Hoy se cumplen siete años del terror. Siete años desde que una célula islamista acabó con la vida de 192 personas en los atentados más graves que ha sufrido la sociedad española. Y siete años desde aquel 11 de marzo de 2004 en que Pilar Manjón perdió a su hijo Daniel en uno de esos trenes atestados que trataban de alcanzar el centro de Madrid desde la periferia.
Desde ese mismo momento en el que se erigió en cabeza visible del sufrimiento de las víctimas, Manjón ha dedicado su vida a recordarlo a él y a los otros 191 fallecidos en la masacre, así como a sus familiares y a los más de 2.000 heridos. A darles un apoyo psicológico y a ayudarles en lo que esté en su mano para lograr las mejores condiciones sociales posibles para ellos.
Se puede pensar que su trabajo al frente de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo es un muro con el que Manjón choca cada día y que le impide encontrar la salida del agujero que le causó la muerte de Daniel. Pero ella se defiende: "Mi vida hoy es completamente normal, excepto cuando me voy a la cama y me doy cuenta de que no tengo un hijo".
Estas son fechas delicadas. "Todo vuelve a removerse", reconoce en la sede de la asociación del madrileño barrio de Santa Eugenia, que esta semana registra mayor trasiego del habitual. Siete años después, esta organización, que aglutina a la mayor parte de los afectados por los atentados, sigue trabajando al máximo.
"Este último año, el problema que más me preocupa es el social. No hay día que no tenga que firmar cuatro o cinco informes solicitando ayuda social para personas que fueron víctimas de los atentados y que ahora son víctimas de la crisis", lamenta Manjón.
En los trenes "iban trabajadores, estudiantes e hijos de los trabajadores, a quienes, en un momento de vacas flacas, la crisis ha golpeado mucho más fuerte que a los demás", añade.
La atención psicológica sigue siendo el motor esencial de la asociación. El equipo de psicólogos ya ha examinado a 500 personas y muchas de ellas siguen en tratamiento terapéutico. A las secuelas psicológicas se suman las físicas, que en algunos casos se han agravado a lo largo de los años.
La asociación de Manjón ha presentado dos providencias ante la Audiencia Nacional solicitando una revisión por agravamiento de secuelas de las indemnizaciones que estableció la sentencia firme sobre los atentados, que fue decretada en 2008. "El agravamiento de las secuelas es causa-efecto de un atentado terrorista", reconoce su presidenta.
Las víctimas están siendo ahora reconocidas por un forense y la Audiencia determinará si realmente es necesario modificar la cuantía que les fue asignada por el juez. Manjón no tiene mucha esperanza ya que el magistrado "considera que la sentencia es inamovible". Lo cierto es que las secuelas permanecen en cientos de heridos. Y una de ellas, la joven Laura Vega, sigue en estado vegetativo en un hospital madrileño sin que su salud registre ningún tipo de avance.
Siete años después del 11-M, la investigación de lo ocurrido e incluso la sentencia siguen estando en entredicho para algunos medios de comunicación y para un partido político, el PP, que aquel día de marzo de 2004 estaba en el Gobierno.
"Cada vez que se aproximan unas elecciones, algunos salvapatrias empiezan a decir que las víctimas del 11-M quieren saber la verdad. Pero serán las víctimas que atienden a su discurso, que atienden a los vocingleros de la radio", insiste Manjón visiblemente cansada del asunto.
En su asociación "hay 1.500 víctimas del 11-M, según el libro de socios auditado el mes pasado. No es que estemos contentos con la sentencia. Yo he sido la primera en criticarla. Sale muy barato matar. Pero es que la democracia me ha dado esos tribunales de Justicia. Y la verdad absoluta sólo existe en las dictaduras. La verdad, como tal, en una democracia, se consigue sólo a través de las sentencias. Y nosotros tenemos dos firmes", dice en referencia a los fallos de la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo.
Los documentos del PP
El PP, en boca de su vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, aseguró en enero que, cuando gobierne, entregará a las autoridades judiciales que lo soliciten aquella documentación sobre los atentados que el "Gobierno ahora niega al juez".
Manjón, "harta de la teoría de la conspiración", emplaza a los conservadores a que "procuren no sacar esas pruebas después de las elecciones. Si alguien tiene pruebas, las lleva al juzgado que está investigando el asunto y no las guarda durante siete años para hacer una campaña electoral con el dolor de las víctimas".
En todo este tiempo, lo que más pena le produce es que "haya víctimas del 11-M que defienden a sus propios verdugos". No obstante, reconoce que su relación con otras asociaciones de víctimas es buena. Igual que con el conjunto de la sociedad, que sigue siendo "cariñosa y activa" con los afectados por el atentado.