Neville Osborne, Neurobiólogo ocular de la Universidad de Oxford: Durante año y medio uno de los mayores expertos en enfermedades de la retina dejará su laboratorio de Oxford para investigar en Oviedo, en el Instituto Fernández-Vega. Su objetivo, frenar el glaucoma.
Es la segunda causa de ceguera en el mundo y amenaza con convertirse en una epidemia con el envejecimiento de la población. Si se confirman las hipótesis de Neville Osborne, bastaría con tomar medidas sencillas de protección para retrasar el avance del glaucoma. Puede que sus teorías se confirmen en Oviedo. Un convenio con la Fundación de Investigación Oftalmológica Fernández-Vega y la Fundación BBVA le han permitido acceder a una de las cátedras de Biomedicina de la entidad bancaria.
—Trabaja en degeneración macular y glaucoma, dos de las principales causas de ceguera. ¿Cuántas veces ha escuchado «doctor espero un avance para no quedarme ciego»?
—Creo que el camino que hay que seguir son los tratamientos farmacológicos. Puede haber un lugar para la terapia génica, pero no será fácil y tendrá un coste muy elevado. En glaucoma, realmente pienso que hay una oportunidad de tratar la enfermedad. De hecho, intento obtener la evidencia científica de que la luz que entra en nuestros ojos, el componente lumínico azul, es un factor de riesgo.
—Con unos filtros específicos podríamos evitar entonces el avance de la enfermedad. ¿A qué edad deberíamos empezar?
—La luz que entra en el ojo tiene el potencial de afectar a las células ganglionares de la retina, a los fotorreceptores y al epitelio pigmentario. Existen sofisticados trabajos de laboratorio que lo prueban. También sabemos que con el envejecimiento es más probable que los fotorreceptores y las células de la retina se vean afectados. Una vez que el glaucoma se ha iniciado, la luz afecta a células de la retina que en condiciones normales tolerarían bien la luz. Por lo tanto, el camino sería utilizar unas gafas o unas lentes
apropiadas cuando ya han empezado a aparecer signos de enfermedad en la retina.
—Las lentes, incluso las intraoculares, ¿deberían añadir filtros específicos?
—Sí, en pacientes con glaucomaa los que se les opera de cataratas. En estos casos sería aconsejable poner una lente intraocular de color amarillo para absorber la luz azul más dañina.
—En el glaucoma, ahora se intenta controlar la presión intraocular, ¿es suficiente?
—No. Se necesitan tratamientos alternativos. La presión intraocular sólo se eleva en algunos casos de glaucoma y cuando sucede, los tratamientos sólo funcionan en ciertos pacientes. Necesitamos fármacos que alcancen la retina.Ya contamos con medicamentos que podrían cumplir ese, objetivo. Faltan ensayos clínicos para demostrarlo.
—Se confía en los antioxidantes para prevenir la degeneración macular, pero es una cuestión controvertida. ¿Qué opina?
—Yo sí creo en el papel de las vitaminas antioxidantes. No son sustancias tóxicas en concentraciones elevadas.De manera, que sería posible que su efecto alcanzara la retina. Sin embargo, es difícil probar que inequívocamente ayudan a los pacientes.
—Hemos conocido avances espectaculares con ojos biónicos y terapias génicas. ¿Estamos más cerca de devolver la visión dañada?
—Aún estamos muy lejos de fabricar ojos biónicos adecuados a las necesidades de los pacientes. Conozco muy bien los avances que se han producido en este área y a los investigadores involucrados en estos experimentos. Sin embargo, creo que aún falta mucho tiempo para que podamos utilizarlos de rutina.
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