La crisis económica no sólo está provocando un fuerte incremento del desempleo, sino que algunas empresas la están utilizando como coartada para obtener mayores beneficios y empeorar las condiciones laborales, especialmente en lo que se refiere a la seguridad en el trabajo. Su discurso es que todo lo que se avance en salud laboral les genera costes y, por tanto, hay que bloquearlo. Pero se equivocan.
Reducir las tasas de siniestralidad y mejorar la calidad de vida de las personas es una prioridad; y en esta dirección CCOO viene trabajando desde hace años, por mejorar la salud y la calidad de vida de la clase trabajadora en general, y especialmente en las empresas sin representación sindical, donde los trabajadores están más desprotegidos. Porque la seguridad en el trabajo es un derecho que no admite excepciones ni exclusiones.
La falta de implicación de los empresarios en la prevención de riesgos laborales, el insuficiente compromiso de las Administraciones, la precariedad del mercado laboral y la elevada temporalidad hacen que mantengamos las tasas de siniestralidad más altas de la Unión Europea.
Además, la crisis económica está aumentando la pasividad y tentación de algunos empresarios por ahorrar costes en materia de prevención. Según datos oficiales, quince años después de la aprobación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, una de cada cuatro empresas en España sigue ajena a sus obligaciones preventivas básicas; y en el 80% de las PYMES no existe representación sindical ni delegado de prevención. Asimismo, en el 36% de los accidentes laborales sucedidos en este tipo de empresa durante 2008 se detectó que no se había realizado evaluación de riesgos laborales.
Gaceta Sindical de CCOO
Abril 2010 - Edición Especial
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