La Dirección de la ONCE se ha propuesto reducir drásticamente la plantilla de personal no vendedor y, en los últimos años, lo está consiguiendo (en casi un 15%), mediante despidos por “causas objetivas” forzadas y bajas voluntarias incentivadas, para lo que aplica nuevamente un criterio discrecional y arbitrario a la hora de determinar la indemnización propuesta al trabajador o trabajadora.
Y calificamos de “discrecional y arbitrario” el criterio utilizado por la Dirección de Personal, pues en casos similares, en cuanto a categoría, antigüedad y edad, se pueden dar ofrecimientos tan dispares como 20.000 o 60.000 euros, incluso bastante más, lo que parece una horquilla más allá de lo razonable y rallando el vandalismo empresarial.
Estas ofertas oscilan en función de diversos factores:
- Consanguinidad de la persona objetivo, con cualquiera de los dirigentes o directivos, políticos o sindicales. Cuanto mayor sea el “pedigrí” mejor será la oferta.
- Necesidad de la persona afectada que pueda condicionar la aceptación de la oferta. Si te interesa causar baja y lo manifiestas, la oferta será a la baja.
- Docilidad o significación en su entorno de la persona afectada. Si eres dócil y poco reconocido o reconocida, la oferta será a la baja.
- La afiliación a UTO-UGT no es una garantía de buen trato. Pues son los factores anteriores los determinantes.
CCOO hemos reiterado en la negociación colectiva y fuera de ella, la necesidad de acordar unos criterios objetivos y transparentes para determinar las indemnizaciones, valorando la categoría, antigüedad y edad de las personas, como ocurre en la mayoría de grandes empresas donde se han producido estos fenómenos. Pero en la ONCE, como en otras muchas cosas, la respuesta ha sido negativa, pues la Dirección y su sindicato están dispuestos a continuar gestionando los recursos económicos institucionales con absoluta “discrecionalidad y arbitrariedad”, haciendo víctimas a muchos trabajadores y trabajadoras de esta política.
CCOO considera una inmoralidad, o falta de ética, que se discrimine de forma tan palmaria a unos trabajadores y trabajadoras frente a otros, por el mero hecho de estar próximos o lejanos al poder mal entendido, sin respeto alguno a la prestación laboral realizada a favor de la ONCE durante años.
El Consejo General puede aprobar todos los Códigos Éticos que desee, pero la falta de ética en la gestión empresarial continúa siendo la pauta de actuación diaria, que pone en evidencia la doble moral de la Dirección.
Madrid, 19 de octubre de 2009
SSI CCOO
No hay comentarios:
Publicar un comentario